Es la uva más típica de la región y es la que ocupa la mayor parte de las tierras vinícolas en la D.O. Toro. Sus racimos son cilíndricos, largos y con hombros. Las uvas son esféricas, con ombligo aplastado de grano medio y de color azul negruzco. En la maduración aparecen venas coloreadas en la pulpa. Su hollejo grueso, en el que se encuentran todos los componentes colorantes, aromáticos y tánicos, propicia la obtención de vinos concentrados y ricos en aromas muy frutales de frutos rojos.
La Tinta de Toro se utiliza para la elaboración de vinos rosados y tintos. Se diferencian en que los rosados son sabrosos y afrutados mientras que los tintos son potentes y con una marcada estructura que les hace muy adecuados para la crianza en madera al tener una mayor longevidad. |
Es la otra variedad tinta permitida en la D.O. Toro y se diferencia de la anterior por tener menos taninos y estructura. Este tipo de uva es la que se solía utilizar para para la elaboración de rosados al aportar frescura y tener aromas florales.
El reglamento de la D.O. Toro permite, desde 2023, su utilización para elaborar tintos monovarietales. En cuanto a las características de las uvas, podemos decir que los racimos son de tamaño medio y piramidales y tienen uvas esféricas, de color azul rojizo y finos hollejos. |
Es la variedad blanca más abundante de la zona y procede, en su mayor parte, de viñedos viejos de escasa producción.
Como características de los racimos, podemos decir que son grandes, cónicos y con hombros apiñados, así como con uvas grandes, con forma obovoide, de color amarillento y hollejo fino. Gracias a su acidez natural y su potencial aromático que recuerdan a las mieles, se pueden obtener vinos blancos muy afrutados, con un buen equilibrio grado-acidez y una marcada personalidad. |