Para finalizar con las publicaciones sobre las distintas fases de la elaboración de un vino, y después de haber hablado en artículos anteriores sobre la elaboración del vino tinto y blanco, hoy nos toca hablar del proceso que lleva aparejado un vino rosado. Aprovechamos a animaros a participar en nuestro Concurso de vino rosado de La Viña del Abuelo.
Dentro del proceso de elaboración del vino rosado, encontramos muchas similitudes con el de la elaboración del vino blanco que puedes consultar en nuestro blog.
Para hacer el vino rosado se usan uvas tintas únicamente, o uvas tintas y blancas.
Despalillado
El despalillado de la uva consiste en separar las uvas del raspón o escobajo que es la estructura herbácea del racimo. Una vez despalillados los racimos, obtenemos un primer mosto, conocido como mosto yema, lágrima o flor. Este primer jugo, el más valorado, se consigue por la simple acción de la gravedad y del peso de las propias uvas.
Estrujado
El estrujado se aplica presión a las uvas para extraer su mosto. Una vez separados del raspón los granos de uva se estrujan para extraer el mosto. Así, separamos el zumo de la uva del hollejo. Durante este proceso se debe cuidar de no romper las semillas que contienen las uvas, para evitar la presencia de sabores amargos en el mosto. Al estrujar las bayas vamos a tener más cantidad de mosto.
Escurrido
El escurrido es la acción de dejar fluir el mosto que se desprende de la vendimia. Este proceso sirve para extraer la lágrima o escurrido de la uva, separando así de manera natural el mosto de las partes sólidas.
Maceración
La maceración consiste en dejar reposar el mosto junto con los hollejos durante un tiempo determinado. De esta manera el jugo de la uva adquiere el color y demás características de la piel del fruto. El tiempo que el mosto permanezca en contacto con los hollejos determinará también la cantidad de taninos del vino, su cuerpo, etc.
En el caso de los rosados, el tiempo de contacto con los hollejos suele ser mayor (unas 24 h.) y también se mantiene la maceración a baja temperatura. A partir de este punto, los procesos de elaboración de blancos y rosados son los mismos. Una vez pasado el tiempo de maceración se sangra el depósito y se trasvasa el mosto con color a un depósito para fermentar el vino como si fuera un vino blanco.
Sangrado y trasvase
Mediante el sangrado se deja reposar el mosto durante un tiempo para que los restos sólidos que puedan quedar en suspensión se decanten hacia el fondo del recipiente. Una vez que disponemos de un mosto limpio, se inicia el proceso de fermentación, durante el cual mantenemos la cadena de frío (entre 14º C y 16º C).
Fermentación
La fermentación es el proceso por el cual el azúcar del mosto se convierte en alcohol etílico mediante la acción de las levaduras naturales presentes en el hollejo de la uva (en la pruina) y en la propia bodega. Esta fermentación de vinos rosados suele realizarse en tanques de acero inoxidable, aunque también puede hacerse en barriles de madera.
La Fermentación es un proceso esencial para que el vino sea una bebida con alcohol, si bien, no es la única vía para la producción de alcohol, ya que en los vinos elaborados mediante maceración carbónica (con uva entera sin despalillar), también se produce alcohol dentro de la baya mediante un proceso enzimático
Trasiegos
El proceso de trasiegos consiste en separar el vino de las lías acumuladas en el fondo de los depósitos y barricas. Las lías son los restos de las levaduras y otras sustancias sólidas que quedan en el fondo de los recipientes vinarios. Mediante el trasiego, al igual que se hace en la elaboración del vino tinto, cambiaríamos el vino varias veces de recipiente, con el fin de eliminar los residuos sólidos que pudiesen encontrarse en suspensión y de airear el vino.
Clarificación
La clarificaciónse hace para seguir “limpiando” el vino de impurezas sólidas mediante la acción de sustancias clarificantes que se añaden al vino. Estas sustancias hacen que se arrastren las pequeñas partículas sólidas al fondo. Si fuese necesario, se finalizaría este proceso con un filtrado del vino a través de una fina membrana. Por tanto, este proceso sirve para eliminar posos o partículas en suspensión. Por ejemplo, la albúmina del huevo tiene carga contraria que los taninos, por lo que estas dos sustancias se unen y precipitan y en los vinos tintos se añade para eliminar el exceso de taninos en suspensión. La Bentonita tiene una carga contraria a la de las proteínas y se utiliza sobre todo en blancos y rosados para eliminar el exceso de proteínas
Estabilización por frío
La estabilización por frío consiste en someter al vino a un enfriamiento para que precipiten en el depósito las sales de ácido tartárico que no son solubles a menor temperatura. El ácido tartárico, principal ácido de la uva, forma sales con el Potasio y el Sodio que son los tartratos.
Este proceso sirve para que no aparezcan precipitados en la botella al enfriar el vino para su servicio.
Embotellado
Con el embotellado, el vino termina de equilibrarse y sus aromas y matices terminarían de asentarse. En el caso de vinos rosados, como no suelen ser sometidos a unos tiempos de crianza en barrica demasiado elevados, el tiempo que transcurre desde el embotellado a la comercialización es mucho menor.
El embotellamiento, además de ser la principal forma de hacer llegar el vino hasta el consumidor, supone también el remate final en la mejora del vino, ya que, dentro de ella, el vino se redondea y alcanza su momento óptimo de consumo.